miércoles, 2 de noviembre de 2011

HELSINKI


Empieza mi nuevo viaje, esta vez el destino es HELSINKI, Finlandia.
Vuelo con KLM, me he pegado un buen madrugón, a las 3:35 h. ya estaba levantada dirección al aeropuerto del Prat.
Todo iba sobre ruedas, hemos hecho el embarque puntuales y me he adormilado, quería seguir descansando y me he perdido el pequeño revuelo que ha tenido lugar en el avión por un retraso de 45 minutos. La mayoría de los pasajeros enlazábamos con otro vuelo, yo hacía Barcelona – Ámsterdam – Helsinki, pero ha sido imposible, he perdido el vuelo Ámsterdam – Helsinki.
En el avión he conocido a una mujer finlandesa que tendría que haber viajado en el mismo vuelo que yo a Helsinki y nos hemos ayudado mutuamente.
Nos hemos dirigido al mostrador de KLM en Shipol y en menos de cinco minutos ya teníamos en nuestras manos otra tarjeta de embarque, para tres horas más tarde, un cheque por 10 € en comida y 5 minutos para llamar a nuestra familia o amigos, me encanta la eficacia europea.
Al llegar al aeropuerto, por fin, de Helsinki he cogido el bus 516 (4€) dirección la estación central de ferrocarriles Rautatientori donde me esperaba Iina y Suman.
He tenido todos los días una temperatura entre 8 – 10º pero un frío importante aunque si vas bien tapado se puede soportar. Aquí en invierno las temperaturas descienden hasta -25º, todo nevado y oscuro, para mi es una locura, inimaginable, ellos me explican que es más fácil soportar los -25º que los -5º.


Culinariamente hablando puedo decir que he disfrutado muchísimo, he comido un breakfast de tostadas con mantequilla, tomate, pepino y huevo, he probado un apple pie con canela para chuparse los dedos, en un restaurante nepalí unas bolitas de espinacas y queso, un helado de sweet milk, noodles con leche de coco y verduras, makaroni al estilo Suman, patatas hervidas con crema de champiñones, etc.





Helsinki es una ciudad muy bonita para visitar. Lo que hay que hacer es comprar un ticket para los transportes, yo lo he cogido para 4 días y he pagado 17,50 €, entra el bus, tranvía y barco, pero solo metropolitano, no sirve para ir al aeropuerto.
Hemos visitado la Iglesia Tuomiokirkko, para acceder a ella hay que subir una escalinata, el interior de la iglesia es muy sencilla, hay un órgano enorme, un altar con dos ángeles a los lados, cuatro esculturas y dos lámparas tipo araña, muy agradable.
Cruzando la plaza del senado está la Casa Sederholm (gratis), es muy interesante de visitar, mediante dibujos y objetos hay una exposición representando la vida cotidiana finlandesa, cuando van a pescar al lago cuando está helado, la cena de navidad, en la iglesia, el tirineo, los esquís, etc.





Una visita obligada es ir a la Isla de Suomelinna, “fortaleza de Finlandia”, declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO. Hay que ir al muelle de la salida de los ferrys locales y coger el barco que te lleba a la isla. El ticket sirve el mismo que compré el primer día.
En la isla hay un hostal, restaurantes y viviendas. Hay un fuerte con grandes cañones y búnquers debajo de montañitas tipo teletubbies, para defender a la isla, en su día, de un posible ataque ruso. Des de Suomelinna disfrutas de una hermosa vista del mar y de Helsinki. Nosotros hemos tenido aire y lluvia, una buena combinación para parecer un helado de pitufo andante.





Al lado de la estación central de trenes se puede dar un paseo por el Parque Töölönlahti. Los finlandeses caminan con los palos de trekking o hacen footing alrededor del lago, donde se pueden ver patos y cisnes nadando en él, aunque imagino que in invierno puedes patinar en el lago ya que queda congelado, igual que el mar colindante a Helsinki.




Siguiendo con la visita hay una Escultura dedicada a Sibelius, se llama “Passio Musicao”, era un compositor de música sinfónica. Está ubicada en un parque con el mismo nombre que él bañado por las hojas caídas por el otoño. Está encima de una roca, son 600 cilindros de hacer inoxidable de distintos tamaños, grabados con láser, maybe. Es una escultura abstracta.



Cerca de la escultura está el café preferido de Iina, el Café Regata, es una pequeña casita de color rojo ubicada cerca del mar, tiene una sencilla terraza con mesas y sillas de color rojo, verde y blanca con una relajante música de fondo. Los dulces de este lugar son increíblemente buenos, puedes disfrutar en la terraza mirando el mar, con una infusión y un croissant. Es autoservicio, entras en la caseta y pides lo que deseas, tu mismo te pones el azúcar o la miel, lo colocas en una bandejita roja y vas a la mesa escogida. Al irte tienes que recoger tus cosas depositando los enseres de cristal en una cesta y los cubiertos en otra. A la entrada de la casita hay unos cuatro o cinco recipientes metálicos para ponerle agua a tu perro.



La Iglesia de Temppeliaukio está dentro de la roca excavada, es una iglesia muy moderna, con un techo de 24 m de diámetro cubierto por 22 Km de cinta de cobre, tiene una acústica estupenda.



En la calle Uudenmaankatu nº9, hay un Bar-Restaurante que se llama Nº9, contradictoriamente actualmente hay una exposición en la mayor parte del local de números 8, de todas medidas, colores, materiales… la comida es muy variada y muy buena, te puedes comer un plato de espaguetis con pomodoro y tofu por 9 €, si quieres agua es for free por que es del grifo, es “sírvase usted mismo”, los vasos y tres jarras, una con agua sola, la otra con rodanchas de limón y la otra con lima están encima de la barra y te vas sirviendo conforme necesites.

Las casas, las tiendas, los locales, todos tienen doble puerta para prevenir del frío, en algunos bloques de pisos, a fuera, tienen como unos cepillos de púas duras que sirven para limpiar los zapatos de la nieve, las viviendas están pintadas de color blanco neutro, me encanta porque cualquier cosa de decoración que le pongas resalta mucho y adquiere una importancia increíble. La luz es amarillenta. Me invade esa sensación de confortabilidad, disfrutar de manga corta con la calefacción, saber que a fuera hace un frío terrible pero tu estás en casa calentito colocando las luces de navidad y viendo como empiezan a caer las primeras volvas de nieve que lo dejarán todo cubierto durante meses, el frío, la oscuridad y la nieve estarán postrados hasta que llegue la primavera.

La última visita a sido a la Isla de Lammassaari, se accede a ella mediante un puente y la visitas caminando por encima de tablones de madera colocados en el suelo.









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